Cine

¿Hay guion en una película porno?

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Redactado por: Max Blanco Pacheco
Fecha de publicación: mayo 16, 2022

¿Qué es lo que nos fascina cuando vemos una buena película? Hay quien se queda con las actuaciones, con ese esfuerzo titánico que hacen muchos actores a la hora de meterse en personajes que no tienen nada que ver con ellos. Otros están más atentos a los efectos especiales, tan de moda últimamente, sobre todo en películas de acción, fantasía y ciencia ficción. Es como ver un mundo imposible que se hace real ante nuestros ojos de una manera sorprendente. Los más entendidos también prestan mucha atención al montaje, la edición o la fotografía, detalles que pueden marcar el devenir de una película cualquiera y hacerla una obra maestra. Pero el corazón de cualquier proyecto, de cualquier producción, siempre es la historia. Si tienes algo bueno que contar, el resto de cosas empezarán a funcionar a su alrededor. Si tu historia no está a la altura, por muchos efectos que tengas, por muy buenos actores que hayas conseguido con tu presupuesto, la película hará aguas. Por eso el guión es una parte imprescindible de la industria del cine.

Los guionistas han tardado en ser reconocidos por su valía, porque siempre han estado a la sombra de directores y actores, las verdaderas estrellas de la función. Pero seamos sinceros: ¿podría haberse lucido tanto Marlon Brando en el Padrino si no hubiese sido por los inteligentes diálogos de Mario Puzo? ¿Habrían tenido tanto éxito el Universo Cinematográfico Marvel, con tantos millones detrás, si sus historias no estuvieran llenas de vida y no solo de luchas intergalácticas? Los escritores, muchas veces también directores, son los que insuflan de ideas una producción, y lo hacen con la vista puesta en conseguir que el espectador disfrute. Escribir un guión no es nada sencillo, y mucho menos uno bueno. No solo se trata de desarrollar la historia a través de un conflicto con planteamiento, nudo y desenlace. Debes escribir bien a los personajes, al menos a los protagonistas, y crear arcos de motivación y superación para ellos. Los diálogos, que son los que mueven la acción y expresan sus emociones y sentimientos, también deben estar muy bien pulidos. Esto es lo usual en el cine comercial, pero… ¿qué ocurre en un género tan especial como el porno? Muchos piensan que no hay guión en este tipo de películas, pero se equivocan.

Un género con mucha “acción”

Está claro que el porno es un género distinto y especial porque no tiene una historia como estamos acostumbrados a verla en las películas, al menos no en la mayoría de producciones que vemos en iloveporn. El cine para adultos tiene un objetivo muy claro: generar excitación y deseo sexual en el espectador. Por eso es tan explícito, y busca siempre la acción a través de los encuentros sexuales. Y seamos sinceros, para que dos personas terminen haciéndolo delante de una cámara tampoco necesitamos una historia de dos horas en las que sus personajes se desarrollen y cambien. El porno es más bien un “aquí te pillo, aquí te mato”, algo mucho más rápido, también por el formato que se está adaptando actualmente, con vídeos y escenas más cortas. El porno prefiere mostrar la relación explícita, con todas sus posturas y sus momentos álgidos, que contar una historia en sí.

Premisas más que historias

Sin embargo, no se trata tan solo de exponer a los dos actores teniendo sexo y ya está. El porno también cuenta con sus propias premisas que llevan precisamente al momento del sexo. La premisa es el punto de cambio de una historia, el momento en el que la acción comienza, el punto de partida desde el que nace el conflicto que se va a desarrollar. En este género, sin embargo, el conflicto apenas consiste en dos personas que quieren tener sexo la una con la otra, y no tarda en concretarse. Es lo que el espectador ha ido a ver, y por eso los directores y productores tampoco se plantean cambiar esa forma de rodar. La premisa puede ser una chispa que lleve al sexo, pero no debe durar más de unos cinco minutos, como mucho. Y de hecho, en muchas ocasiones solo sirve para plantear el entorno de la escena, a modo de fantasía.

Por ejemplo, una premisa muy habitual es la de una chica que se queda castigada en su clase, y acaba teniendo sexo con el profesor que cuida de su castigo. Durante los primeros minutos de la escena, a través del diálogo, se plantea esa situación. Se cuenta porqué la chica está castigada, y comienza a desarrollarse la tensión sexual que terminará, por supuesto, con los dos haciéndolo en la mesa del profesor. En este punto, cuando comienza el sexo, la historia ya queda en un segundo plano o directamente se olvida. El guión ya ha cumplido su misión, la de enmarcar esa escena de sexo en una situación reconocible, como si de una fantasía se tratase. No hace falta desarrollarla más porque lo interesante de este tipo de cine es el sexo, y para disfrutar de él se necesita más historia, ni más diálogo.

Los diálogos, siempre divertidos

Hay escenas en las que este tipo de premisas se desarrollan un poco más, ya que tienen mayor duración. En los últimos años, desde la llegada de Internet, sí que hemos visto una evolución del porno hacia escenas más cortas. Antes se rodaban películas con más de dos horas, ahora lo habitual es tener videos de treinta minutos como mucho, en el que casi todo es acción y sexo. Como son vídeos autoconclusivos, además, la historia puede ser una premisa cualquiera, y no hace falta enlazarla a través de un planteamiento, nudo y desenlace con otras escenas, como se hacía antes. Durante los primeros minutos del vídeo, la pequeña historia se nos muestra a través de la acción y sobre todo del diálogo, que en el porno siempre ha sido uno de los puntos más divertidos y especiales.

Porque no hay frases imponentes ni profundas. No se busca generar ese dramatismo que podemos encontrar en otras producciones de cine comercial. De hecho, los diálogos tienden más a la comedia, a ser divertidos y sembrar esa tensión sexual que llevará a la acción. El porno cuenta con diálogos muy superficiales, aunque en algunos casos se aprovecha el doble sentido de ciertas expresiones para provocar también esa tensión sexual. Los actores deben tener al menos la suficiente sutileza para que los diálogos no queden forzados, pero es cierto que esto es lo de menos. Nadie se va a enfadar porque una actriz sobreactué en sus frases, si luego es capaz de darlo todo en el sexo. En la mayoría de escenas, los diálogos apenas duran unos minutos. Pero también hay películas que son una mina para estas frases.

Películas que van más allá

Cuando el porno todavía se hacía en grandes producciones, en películas largas que iban hilvanando, con mejor o peor fortuna, distintas escenas, las cosas eran muy diferentes. Había un guión y se contaba una historia bastante resolutiva, con sus diálogos y su desarrollo, mientras se enlazaban esas escenas de sexo explícito. Con el cambio de era y la imposición de Internet a formatos más reducidos, las películas largas acabaron desapareciendo, y hoy son solo algunas pocas productoras las que realizan este tipo de formato. Se toman mucho más en serio el guión, que se permite el lujo de desarrollar mejor a los personajes. No falta el sexo, pero está muy bien mezclado con esa otra historia, tanto que incluso puede llegar a ser interesante. Estas películas, aunque menos reconocidas, también son un buen ejemplo de guión en el cine porno.